Kawabata nació en Osaka al finalizar el S.XIX. Su infancia estuvo marcada por la pérdida de sus familiares a una edad muy temprana, acontecimiento que le llevó a adoptar una vida en soledad. Esta triste circunstancia le transformó en un solitario empedernido, actitud que aparece en sus novelas como una constante difusa que marca el perfil de muchos de sus personajes.
Cuando Kawabata en 1924 termina sus estudios en la Universidad Imperial de Tokio, es ya conocido por sus relatos breves. Entonces funda la revista "La edad artística", en donde edita por primera vez "La danzarina de Tzú". En este temprano relato se perciben influencias tanto budistas como de poetas japoneses medievales quienes, por entonces, fueron para este autor, "la más elevada literatura del mundo".
Durante su juventud, y como sufría de un pertinaz insomnio, se convirtió en un ávido lector, no solamente de los clásicos, como Tolstoy o Dostoyewsky, sino que también se interesó por las vanguardias europeas y los grandes innovadores del siglo, como Proust, Joyce o Woolf. En este primer periodo joven, comienza su interés por el cine, como sucedió con tantos otros autores del siglo, para quienes esta innovación tecnológica iba tan unida al mundo de lo intelectual. Pero también se le encuadra dentro de las influencias de los maestros del "haiku" (S. XVII), esos breves poemas de 16 sílabas que tratan de reflejar una súbita percepción de la belleza mediante el engarce de términos opuestos: "la estruendosa calma de una noche de invierno" por ejemplo, en "País de nieve", en donde Kavabata hace posible el entendimiento entre "haiku" y "novela".
Se suicidó en 1962. Su amigo Akutagawa tomó la misma decisión, pero tras explicar sus motivos; Mishima, su amigo y discípulo, tras sugerir sus motivos, también realizará el cruento ritual del seppuku, y Kawabata, que no simpatizaba con el suicidio porque "la muerte no puede ser una respuesta, ya que sólo interrumpe la comprensión", se suicida sin dar explicación alguna, uniéndose a lo que, en aquella cultura, más bien parece una tradición. "Soledad, angustia ante la muerte, búsqueda de la belleza, atracción por la psicología femenina", todo ello, expresado en un hermoso lenguaje lírico, acabó de manar con su suicidio. Pero lo que hizo hasta entonces, ha quedado para nuestro deleite [1].
Yukio Mishima. El escritor japonés conocido como Yukio Mishima no tuvo una vida fácil. Este joven, que nació el 14 de enero de 1925 en Tokio bajo el nombre deKimitake Hiraoka, creció lejos de su familia más cercana ya que su abuelaNatsu lo separó de ellos durante varios años. Por ese entonces, Mishima no tenía permitido practicar deportes ni relacionarse con otros chicos de su edad a través de juegos varoniles: sólo podía entretenerse con las muñecas de sus primas o pasar el tiempo en soledad.
Probablemente, estas duras condiciones impuestas por su abuela fueron las que llevaron a este estudiante de la prestigiosa Escuela Peers a interesarse por la lectura de clásicos japoneses. En el caso de la escritura, puede decirse que dicha actividad también comenzó a desarrollarla a temprana edad a través de historias creadas en el ámbito estudiantil. De esa época, por ejemplo, data el relato titulado “El bosque en todo su esplendor” que, antes de ser publicado en forma de libro, fue presentado por la prestigiosa revista “Cultura literaria”.
Una mentira salvó a Yukio Mishima de no tener que ir a la guerra con la Armada japonesa ya que optó por acusar síntomas de tuberculosis y, de esta forma, logró que lo declararan incapacitado pese a que el escritor hubiese preferido tener esa oportunidad para morir de forma heroica.
Aunque su padre mostró una fuerte oposición al deseo de Mishima de convertirse en un gran autor y le prohibió continuar con esa actividad, el joven decidió explotar su faceta de escritor a escondidas. Mientras tanto, se dedicó a cumplir la voluntad de su progenitor, quien lo obligó a estudiar Ley Alemana. Así fue que, en 1947, Yukio logró graduarse en Derecho en la Universidad de Tokio. Tiempo después, se ganaría la vida como oficial del Ministerio de Finanzas del Gobierno.
Tras demostrar que ese estilo de vida no era el que él quería, este japonés que falleció el 25 de noviembre de 1970 tras un suicidio ritual, consiguió la aprobación paterna para dedicarse a la escritura.
“Ladrones”, “Confesiones de una máscara”, “El pabellón de oro”, “Sed de amor”, “Colores prohibidos”, “El rumor del oleaje”, “El marino que perdió la gracia del mar” y “El mar de la fertilidad” son algunas de las obras creadas por Yukio Mishima a lo largo de su trayectoria [2].
[2] http://www.poemas-del-alma.com/blog/biografias/biografia-de-yukio-mishima
Todas las lecturas son obligatorias.
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Carlos Wilson.